Nos llegan mil ideas para historias cada día. Los escritores ven una docena, la mayoría de la gente no ve ninguna.
¿Alguna vez te has preguntado por qué los escritores usan constantemente el cliché de que las ideas están por todas partes? ¿Y por qué no las ves?
Quizás otra frase famosa te lo aclare: “Busca y encontrarás”.
Los escritores son buscadores activos
Los escritores no se quedan sentados esperando la inspiración. La buscan activamente. Buscan ideas y se esfuerzan por convertirlas en historias entretenidas.
A Roald Dahl le surgió la idea de la fábrica de chocolate en la escuela, cuando una empresa chocolatera regaló muestras de chocolate a su clase. Y el personaje de la abuela de "Las Brujas" se inspiró en su propia madre.
Amigos, familia, vecinos, mascotas, libros, historias, televisión, periódico, nuestras experiencias, las de otros, conversaciones, sueños, pesadillas: casi cualquier cosa puede inspirar una historia. Si de verdad quieres ser escritor, aprende a mantener la vista siempre puesta en una idea para tu historia. Mantenerte abierto a las posibilidades es la clave para encontrar esa gran idea.
Los escritores van más allá de lo obvio
Otro truco que muchos escritores usan cuando se quedan sin ideas es hacer preguntas simples que podrían generar una nueva idea para una historia.
Y si…?
¿Qué pasaría si pudieras hablar con los animales? ¿Qué pasaría si tuvieras un ratón como hermano? ¿Qué pasaría si trabajaras en una fábrica de chocolate?
Si solamente…?
(Si tan solo estudiaras en una escuela de magia…, Si tan solo fueras un jinete de dragón…, Si tan solo tuvieras una alfombra mágica…)
Me pregunto….?
(Me pregunto si los juguetes cobran vida por la noche…, me pregunto si ese vecino desagradable es realmente una bruja…, me pregunto si podría aprender a leer la mente de las personas…)
Ideas intrigantes, un millón de posibilidades. Cualquiera o todas ellas tienen potencial para una historia o incluso un libro.
Los escritores se basan en ideas
Una vez que tienen la idea, los escritores pasan por el proceso de convertir las ideas en historias. Una historia nace del proceso de unir una palabra tras otra, de escribir y reescribir hasta que queda perfecta. Hasta crear algo nuevo e interesante.
Esto es lo que tuvo que hacer Roald Dahl para publicar esos famosos libros .
Iba a su cabaña de escritura por la mañana y afilaba seis lápices con un sacapuntas eléctrico. Decía que cuando necesitaba afilarlos de nuevo, sabía que llevaba escribiendo unas dos horas. Tras un breve descanso, repetía el proceso por la tarde.
¿Captaste la idea? Pues adelante, escríbela. Así nace un escritor.
